CUANDO NUESTRO CUERPO NOS HABLA

Las emociones por desgracia son nuestras grandes desconocidas. Normalmente nadie nos enseña nada sobre ellas. Nacemos con la capacidad de sentir y reaccionar ante los estímulos que nos generan estas emociones pero nadie nos enseña a entender que es eso que está sucediendo dentro de nosotros y que eso que sentimos tiene un sentido. Si no sabemos identificarlas (a través del cuerpo), ni entenderlas (saber que significan), difícil nos va a resultar saber gestionarlas.

 

EL CUERPO ES UN ALTAVOZ

Las emociones son reacciones psicofisiológicas que se producen ante un estímulo (interno o externo) que, de alguna manera genera un impacto en nosotros. Las emociones aparecen para garantizar nuestra adaptación, supervivencia y bienestar (es decir, aparecen para “rescatarnos” “alarmarnos” “ayudarnos”) ya que cada una de ellas aparece antes distintas situaciones y trae un mensaje que será importante que escuchemos. Precisamente por esto no existen las emociones buenas o malas porque todas ellas son adaptativas y cada una tiene una función distinta y necesaria.

No podemos hablar de emociones sin hablar del cuerpo. De hecho (un dato curioso) la palabra emoción viene del latín e-movere que significa “movimiento hacia”. Y es que efectivamente las emociones se encargan de mandar mensajes al cuerpo (en forma de sensaciones fisiológicas) para que este se mueva hacia lo que necesitamos en ese momento para adaptarnos al ambiente en el que vivimos. Las emociones hablan para que nuestro cuerpo reaccione.

El cuerpo entonces, funciona cómo un “altavoz” de lo que nuestras emociones quieren decirnos. Por eso, cuando no nos permitimos sentir estas emociones y las reprimimos o evitamos (intentamos callar el mensaje), nuestro cuerpo va aumentando la intensidad estas sensaciones (sube el volumen) a través de una alarma corporal llamada dolor físico (la famosa somatización) para que las dejemos salir y nos permitamos sentirlas. Nuestro cuerpo a través de distintos síntomas nos ayuda a saber qué es lo que estamos sintiendo y por tanto, que es lo que necesitamos en ese momento.

Digamos que es algo así como que : “el cuerpo nos habla, si no le escuchas te grita y si no lo escuchas te paraliza”.

 

¿QUÉ ME PUEDE ESTAR DICIENDO MI CUERPO?

 

La realidad es que la mayoría de nosotros hemos recibido una escasa educación emocional (por no decir nula) lo que hace que no sepamos entender nuestro mundo emocional. Además se nos suele enseñar justo lo contrario: a rechazar y eliminar ciertas emociones y sensaciones desagradables. Por eso, no solemos saber ni qué sentimos, ni cómo se traduce en nuestro cuerpo, ni que hacer con ello… y es normal por que ¡no lo hemos aprendido!

De hecho, uno de los principales motivos de consulta que vemos siempre en Psicontigo se relaciona con esto: “no se cómo gestionar esto que siento” “intento eliminar mi malestar pero no lo consigo”“a veces creo que no siento nada” “no sé identificar lo que siento” “me desbordan mis emociones”

El primer paso de una buena gestión emocional es aprender a escuchar estas emociones que se traducen en sensaciones a través de nuestro cuerpo y, aunque cada persona es un mundo y siente de manera distinta, vamos a ver juntos algunos ejemplos de cómo podemos identificar distintas emociones a través de nuestro cuerpo:

Emociones

¿Cómo puedo sentirla en mi cuerpo?

¿Cómo traduzco estas sensaciones?

Tristeza

Sensación de opresión en el pecho, nudo en la garganta, poca energía, disminución o aumento del apetito, ganas de llorar,dolor muscular…

Me estoy alejando de alguien que es importante para mi, no estoy nutriendo algún área importante de mi vida, estoy viviendo una pérdida…

Culpa

Sensación de peso en el pecho o en el estómago, evitar el contacto visual, inquietud o nerviosismo…

He hecho daño a alguien y siento la necesidad de repararlo, estoy haciendo algo que no se corresponde con mis valores…

Enfado / irritabilidad

Aumento de la tensión muscular, la respiración o temperatura corporal, aceleración del pulso…

Algo/alguién me esta haciendo daño, algo me parece injusto, no se están respetando mis límites…

Miedo

Dolor de estómago, insomnio, tensión corporal, taquicardias, temblores…

Estoy exponiendome a algo que es peligroso para mi (racional o irracionalmente) y mi cuerpo me prepara para hacerle frente

Es importante saber que no aunque estas emociones que las respuestas corporales son subjetivas y varían en cada persona, además, las emociones no siempre generan las mismas sensaciones físicas en todas las situaciones pero este ejemplo nos puede servir como aproximación.

¿QUÉ PUEDO HACER CON TODAS ESTAS EMOCIONES Y SENSACIONES?

Aunque es cierto que todas las emociones nos aportan una alarma o “mensaje” importante y por tanto SIEMPRE hay que escucharlas, validarlas e intentar sostenerlas, NO SIEMPRE es útil hacer algo con ellas ya hay veces que esas emociones surgen de nuestra “interpretación subjetiva” por heridas emocionales que forman parte de nuestra historia y por tanto movilizarnos en base a ellas podría ser contraproducente o generarnos mucho desgaste emocional. Por eso, es importante también aprender a distinguir cuando es útil expresarlas o movernos según lo que estas nos dicen y cuando no (y esto es un trabajo crucial que también se hace en terapia).

En conclusión, nuestro cuerpo es el altavoz que nos permite ser conscientes de lo que estamos sintiendo para así saber cual es la manera más efectiva de gestionarlo. Te invito a que la próxima vez que estés sintiendo algo que no entiendas, pares un segundo para prestar atención a lo que te está diciendo tu cuerpo y te preguntes ¿Cómo está mi cuerpo? ¿Qué me está diciendo? ¿Qué puedo hacer con la información que me está dando mi cuerpo?

 

 

 

Compartir:

Entradas recientes