“no sé estar con alguien que no me haga daño”, “qué mala suerte tengo con los
chicos”, “parece que solo tengo relaciones tóxicas”, “sé que no es bueno para mí
pero no puedo dejarle”…
Seguro que hemos escuchado estas frases alguna vez, pero ¿por qué sentimos que
atraemos siempre al mismo tipo de personas?
Realmente no se trata de lo que atraemos sino de lo que elegimos, elegimos de
manera inconsciente patrones que son conocidos, porque nos resultan familiares y
por ello nos sentimos cómodos ahí, aunque nos hagan daño…porque creemos
que ”mejor malo conocido que bueno por conocer”, y muchas veces ese miedo a lo
desconocido nos lleva a elegir siempre las mismas personas aunque implique un
coste para nosotros.
También escogemos en base a nuestro sistema de apego, ¿qué significa esto?, el
apego es el vínculo que yo genero cuando soy pequeño con mis figuras de
referencia (mis cuidadores, normalmente mis padres), en base al apego que yo
desarrolle voy a percibir las relaciones de una forma u otra, lo que influirá en mis
decisiones y en elegir con quién quiero estar.
Por ejemplo: si cuando lloraba mi padre no me hacía caso, o si cada vez que
hablaba mi madre me mandaba callar, si nunca podía decir lo que pensaba en casa
porque “en casa se hace lo que yo diga”, o si invalidaban mis emociones diciendo
que era una tontería…voy a crecer creyendo que esta es la forma correcta de
vincularse. Es decir, todas estas situaciones van a formar mi sistema de apego, lo
que hará de guía cuando yo empiece a relacionarme de manera sexoafectiva.
Es por ello que cuando me encuentre en una relación, en la que mis necesidades no
sean importantes, no pueda expresarme o no me sienta querida, realmente no me
sorprenderá, es probable que le quite importancia porque siempre ha sido así y
además como me resulta familiar sabré cómo tengo que reaccionar, aunque eso
implique no atender mis necesidades, callarme o mantenerme en esa relación que
me hace daño.
Aunque nos podamos sentir identificados con lo que hemos hablado, no quiere decir
que entonces tengamos que resignarnos ante ello, y no tengamos otra opción. Es
importante APRENDER A ELEGIR, a elegir conductas que no nos hagan daño
aunque nos resulten conocidas, a identificar qué patrones me han dolido y así evitar
que se vuelvan a repetir, elegir personas con las que podamos ser nosotros mismos
y vivir la relación desde la tranquilidad.
Revisar quién está en nuestra vida, porque quién está es porque lo hemos elegido
en algún momento pero es importante revisar si lo queremos seguir eligiendo a día
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