GHOSTING: DESAPARECER SIN DEJAR RASTRO

GHOSTING; Seguro que en alguna ocasión te ha pasado o conoces a alguien que ha vivido conocer a una persona y que ésta se esfume como la pólvora de repente. Y seguro que aquí es cuando te planteas: ¿cómo es posible esto?. Aunque pueda parecer algo inconcebible, lo cierto es que sucede y mucho. Cada vez es más común esta práctica en las relaciones afectivo-sexuales.

Vamos a poner un ejemplo: imagínate que empiezas a conocer a una persona con la que existe aparentemente un interés mutuo y con la que consigues tener una interacción buena. Empezáis a quedar en varias ocasiones y a intercambiaros mensajes por whatsapp diariamente. Todo fluye y tu estás contento porque esa persona que te corresponde empieza a gustarte. De pronto un día le contestas a algo que te había preguntado y no recibes respuesta. Entiendes que pueda estar ocupado o que no haya podido contestar pero pasa todo el día. Te empiezas a extrañar pero sigues teniendo fe en su contestación ya que sería muy raro que de repente sin garantías de nada te dejase en leído. Ves que pasa otro día, le preguntas si va todo bien o si le ha pasado algo y la respuesta sigue sin llegar. Entonces ahí empieza la incertidumbre de no saber, de no tener una explicación, sigues esperando y nada… Sin motivo ni explicaciones tienes que aceptar que no vas a volver a ver ni hablar con esa persona.

¿Qué ha pasado?

La otra persona ha decidido voluntariamente cortar el contacto contigo y no querer saber nada más de ti. Este fenómeno conocido como ghosting es muy cruel pero muy habitual desafortunadamente, pudiendo provocar un gran impacto psicológico en la persona que lo sufre. Se diferencia en el contacto cero en que la razón por la cual se rompe el contacto no es que sea una relación abusiva en la que existen razones para hacerlo por seguridad física y emocional.

Como el propio nombre indica en ingles, el ghosting significa desaparecer como un fantasma sin dar explicaciones. Para que se considere ghosting ha tenido que existir una interacción clara por ambas partes y que sin comunicar que la persona quiera romper el contacto desaparezca de manera súbita y voluntaria.

Seguro que en este punto de la lectura estarás pensando ¿Cómo puede alguien hacer algo así?. Aunque sea difícil de entender, existen numerosas razones por las cuales alguien puede llevarlo a la práctica. Es cierto que cada vez tendemos a relacionarnos de una manera más superficial y tener una intención más individualista. El concepto de amor ha cambiado y nuestras necesidades también. No es raro ver gente que busca únicamente un encuentro sexual o casual sin querer entrar en una relación romántica o de compromiso. Cada vez nos cuesta más comprometernos o “luchar” por alguien si las recompensas no llegan a corto plazo. Nos cuesta tolerar la incertidumbre y la frustración y tendemos a evitarla. Al final el amor implica tener que tolerar estas emociones y tenemos que estar dispuestos a sentirlas.

Posibles causas:

  • Heridas emocionales previas: puede que la persona haya sufrido en relaciones anteriores y prefiera huir antes de exponerse a poder volver a experimentar ese dolor de que “me rompan el corazón”. El miedo se convierte en una razón para no seguir y cortar bruscamente.
  • Desinterés: puede que la persona no valore realmente el contacto con el otro o no le llegue a aportar la gratificación suficiente.
  • Relaciones diana: no haber superado a otra persona aún e intentar conocer a otra persona y al no sentirte como antes querer cortar la relación.
  • Evitar conflicto: muchas personas no saben tolerar el conflicto y desaparecer les resulta mucho mas fácil que tener que enfrentarse a decir que no quieren continuar. Creen que no van a ser capaces de tolerar el daño que causaría en el otro y optan por desaparecer.
  • “No” querer hacer daño: mejor cortar por lo sano y así “no” sufre cuando precisamente sucede lo contrario. No entender implica mucho más dolor en el otro. Cortar el contacto bruscamente es cruel y también una técnica de venganza. Se produce mucho en las infidelidades.
  • Baja autoestima: no sentirse suficiente para el otro y no poder exponerse al rechazo. Las inseguridades pasan factura.
  • –       Haber sufrido ghosting previamente: una manera de “sanar” inconscientemente el dolor es reproduciéndolo (aunque realmente no es una forma de conseguirlo).

Señales de alarma que pueden avisarte de un posible ghosting

No muestra interés en ti, no hace por interesarse, no está presente en la conversación o citas, no hace planes de futuro, muchas promesas pocos hechos, no está al 100% pero te mantiene ahí, necesita que tu estés…

El ghosting tiene una gran repercusión psicológica en la víctima. Además de tener que aprender a lidiar con la incertidumbre de no entender qué ha pasado, podría sentirse despreciada, ignorada e incluso llegar a culparse. Al final no deja de ser una pérdida y se parece a la experiencia de duelo.

Si ves que esa persona no cubre tus necesidades o no tenéis el mismo código de amor (no buscáis lo mismo) exprésaselo y aléjate de una manera sana.

Vamos a intentar no normalizar esta práctica tan dañina y a ser un poco más conscientes del impacto psicológico que el ghosting genera en la persona que lo sufre. Tenemos que tener más responsabilidad afectiva y recordar que “en el amor no todo vale”.

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