HIPEREXIGENCIA CONMIGO MISMO. ¿SUMA O RESTA?

“Ser exigente es útil”

Esta es una respuesta muy habitual en consulta, y mi respuesta también lo es: DEPENDE. La exigencia me lleva a conseguir aquellas cosas que QUIERO y que para mí son IMPORTANTES y por eso es útil. Pero si por el contrario la exigencia pasa a ser hiperexigencia y me lleva a imponerme las cosas que TENGO que hacer, entonces no. No es nada útil.

¿DE DÓNDE VIENE LA HIPEREXIGENCIA?

Todos tenemos distintas metas en la vida y el día a día está cargado de objetivos que fomentan una gran lista de cosas que tenemos que hacer para conseguirlos. Para ello la motivación tiene un papel imprescindible. Es la que nos impulsa para lograrlo y lo hace a través de la exigencia. Si no tengo un mínimo de exigencia nunca conseguiría lo que me propongo. El problema viene cuando me autoexijo mucho pasando el límite de la perfección y la hiperexigencia. Es entonces cuando además de imposibilitar lograr mis objetivos, nunca me encuentro del todo satisfecho ni consigo valorar mi esfuerzo.

¿CUÁNDO PARAR? ¿CÓMO SE QUE ME ESTOY PASANDO?

Está claro que necesito esforzarme y exigirme pero, ¿cuándo parar? ¿cómo se que me estoy pasando? Cuando aparece la hiperexigencia que se caracteriza por exigir más de lo que puedo tolerar de mi potencial personal y de la necesidad de que todo salga de diez. Pero lo cierto es que ese diez no va a ser real porque estaría intentando alcanzar un 20 realmente y eso es imposible. Cuando aspiramos “demasiado” nos convertimos en personas que no toleran el error (aunque no dependa de mi) ni la frustración, llevándonos a no poder disfrutar del proceso de lograr los objetivos ni valorar su consecución.

La hiperexigencia es engañosa, te hace creer que así llegaras más lejos pero lo cierto es que con ella no llegaras ni a la mitad del camino. Probablemente no sea que no te esfuerces lo suficiente sino que ese camino que tienes que recorrer es imposible.

Me gusta comparar la exigencia con una balda, sí, una estantería de toda la vida. Una balda en la que apoyas tus proyectos vitales importantes. Quiero que te imagines que tienes esa balda enfrente de ti, y que las cosas que quieres conseguir están sobre ella. Tu intención es llegar para poder alcanzarlas. ¿De que depende que puedas o no? De la altura a la que sitúes esa balda. O lo que es lo mismo, del nivel de exigencia contigo mismo. Cuanto más hiperexigente eres, más alta estará la balda, porque más difícil te lo vas a poner. Entonces, si la balda está muy baja, no te tendrás que exigir tanto porque llegas muy fácil a ella. Pero si por el contrario la balda está muy alta, lo más seguro es que no llegues literalmente a alcanzarla y será imposible lograr esos proyectos tan importantes.

CÓMO LIMITAR LA EXIGENCIA

A veces nos exigimos tanto a nosotros mismos que nos impedimos alcanzar nuestros objetivos. La clave está en situar esa balda a una altura a la que podamos llegar aunque tengamos que esforzarnos un poco (no muy baja ni muy alta). Si la pongo a una altura a la que esté alta pero pueda llegar ,por ejemplo saltando tendré que esforzarme pero lo podre conseguir.

Vivimos en un mundo en el que se premia la perfección. ¿Cuantas veces hemos escuchado: “Si pongo la balda más alto voy a ser mejor”?. Se premia la altura de la balda y parece que si la ponemos a una altura alcanzable somos mediocres. Pero lo cierto querido lector es que es una trampa. Si me exijo más de lo que puedo asumir en un momento determinado nunca voy a llegar.

Tenemos que bajar esa balda porque la hiperexigencia nos limita muchísimo. Cuando crees que has llegado a lo mas alto (si lo consigues porque muchas veces nos marcamos metas inalcanzables e irrealistas) no puedes disfrutarlo porque conseguirlo era mas una obligación que algo que quería conseguir. Cuando las cosas del día a día se convierten en “tengo que” , nunca te sacias y nunca los disfrutas.

DIFERENCIA ENTRE EXIGENCIA E HIPEREXIGENCIA:

EXIGENCIAHIPEREXIGENCIA
– Pensamientos motivacionales
– Motiva
– Empuja a la acción
– Me ayuda a ser mejor
– Aumenta mi autoestima
– Me ayuda a conocer mis límites
– Alta tolerancia al error y frustración
– Aumenta probabilidad de éxito
– Pensamientos catastrofistas y paralizadores
– Asusta
– Paraliza
– Me compara con los demás
– Me desvaloriza
– Me impide conocer hasta donde puedo llegar
– Baja tolerancia al error y frustración
– Disminuye probabilidad de éxito

¿CÓMO BAJAR LA BALDA DE LA HIPEREXIGENCIA?

  1. Identifica de dónde viene esta necesidad de ser el mejor
  2. Se consciente del malestar que provoca autoexigirse demasiado
  3. Analiza el impacto que tiene la hiperexigencia en tu vida (en el trabajo, familia, pareja, amigos, salud, en ti mismo…)
  4. Permítete llegar hasta donde puedas y observa como te hace sentir no intentar más
  5. Ajusta expectativas y determina tus límites
  6. Se consciente de cómo el sobreexigirte impide lograr otras cosas que también pueden ser importantes para ti

Y sobre todo recuerda que no es lo mismo la exigencia valorizante (te ayuda a ser mejor en lo que te propones) que la hiperexigencia descalificante (te desgasta haciendo lo que te impones). Escoge tus metas pero también tus límites, exígete pero hasta donde puedas para poder conseguirlas.

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