CÓMO ELEGIR MI VIDA, LA QUE QUIERO VIVIR.

SE NOS HABÍA OLVIDADO. Entramos en la corriente, en dejarnos arrastrar rio abajo, era suave al inicio, vas a gustito corriente abajo, crees que controlas la dirección . Te relajas, así que continúas dejándote arrastrar rio abajo hasta desembocar. Y de pronto, te das cuenta que estás en un mar al que no querías llegar. ¿has podido elegir tu vida?

La maldita etiqueta de la cual sientes que no puedes salir.

No te deja salir de ahí. Así que actúas según tu etiqueta, según lo que esperan los otros, lo que se espera de ti. La vorágine de los otros, de los debería, de las prisas. De lo que espera esta sociedad de ti. De lo que espera tu entorno. De lo que se supone que debes hacer. La etiqueta que se te ha asignado: “la buena”, “el listo”, “la graciosa”, “la trabajadora”, “el que nunca falla”, “el exitoso”, “el no exitoso”.

Ahí es donde empezamos a dejarnos arrastrar por la corriente. Y a veces está muy bien, hasta que te das cuenta de que en ocasiones te aleja de donde tu realmente querías verte, donde deseabas llegar.

Estamos demasiado metafóricas quizá.

Venimos a hablar de la capacidad de elección.

Eso es justo, lo que se nos había olvidado. Elegir. Puedes elegir. Te prometo que se puede elegir.

Es difícil ; pero puedes elegir la vida que quieres vivir.

No lo idealizaremos, pues a la luna no puedo viajar en globo aerostático por mucho que decida elegirlo, no vamos a plasmar aquí un: “si quieres puedes” ni nada por el estilo. Querer no siempre es poder, hasta ahí estamos todos de acuerdo. Pero si podemos elegir muchas cosas.

Y acuérdate, se nos había olvidado.

¿Cómo elegir mi vida? SE PUEDE.

Vivir tu vida como quieras vivirla, tus relaciones como quieras vivirlas, tu trabajo, puedes elegir también el tipo de trabajo. Puedes elegir permanecer en un lugar, con una persona, irte, comunicar, no hacerlo. Puedes elegir si ir a la cena de amigos con tristeza, o no ir. Puedes elegir parar, aun con culpa, o puedes elegir llenarte de actividades. Puedes elegir llamar a tu abuela o no hacerlo. Puedes elegir quedar con un grupo nuevo de gente con vergüenza o no ir porque así lo deseas realmente. 

No sé, se nos había olvidado. 

Se puede elegir la vida que queremos vivir. Y menos mal. Porque es la que tiene. La que le va a tocar vivir hasta morirla, así que escojámosla bien.

A veces se nos olvida y entonces nos vemos en caminos y direcciones que no nos pertenecen. Y vamos como zombis, como mosquitos hacia la luz, hacia donde se supone que deberíamos estar. Y cuando vamos cegados hacia el halo de luz (de lo que se espera de ti) entonces nos quemamos. Y duele. No entendemos que ha pasado o que está pasando.

Te quemas aun haciendo lo que deberías hacer. Si. Lo que DEBERÍAS hacer, pero, ¿es realmente LO QUE QUIERES HACER?

Es verdad, querer no es poder.

Y maldita frase, cuanto daño. No vamos por ahí. Elegir no es tener siempre lo que uno quiere. Elegir va más allá, mucho más. 

En cada momento de la vida contamos con unas cartas diferentes. Cada uno tiene unas cartas y son las que ha de jugar en ese momento. Mis cartas pueden ser, por ejemplo: ser mujer, en época de covid, con una familia x, sin pareja, x dinero en mi cuenta y con estudios de psicología.

Ahora con esas cartas yo podré jugar de un modo u otro. ESO es a lo que nos referimos con elegir. Dentro de mis posibilidades ir escogiendo como quiero ir jugando mis cartas. 

Ahora, por mucho que yo me empeñe en vivir una vida sin covid, casarme por amor en dos meses y crear un resort en el caribe ERROR, las cartas no están en la mano repartida. No se puede. No tienes la carta de MUNDO LIBRE DE VIRUS ni la de PAREJA/COMPAÑERO, ni MUCHO DINERO EN TU CUENTA. No puedes jugar esa partida con cartas que no tienes.

Así que importante, céntrate en tus cartas, pues seguro puedes hacer una gran jugada. La jugada que TU QUIERAS HACER. Elige la vida que quieres vivir y tener dentro de tus cartas, de lo que está a tu alcance o puede llegar a estar. Esto puede ser realmente interesante, realmente enriquecedor. Escoger tu vida.

Rema y déjate llevar por la corriente solo cuando así lo decidas, cuando así te apetezca hacerlo. 

¡ADVERTENCIA!

Cuando eliges y sobre todo cuando eliges parar y cambiar de dirección, de rumbo, remar y no dejarte arrastrar por la corriente, entonces, en ese momento, no estarás solo. Aparecerán dudas. Las dudas molestan. “¿Estaré haciendo bien? ¿Me estaré equivocado?”  Nos trataremos de arrancar las dudas. Salir de dudas. NO tener ni la más mínima duda antes de actuar. Y nada. No hay manera. Las dudas permanecen. También es posible que aparezcan miedos, vértigos y todo el séquito de sensaciones desagradables. Cuando elegimos, cuando tratamos de tomar una decisión todas estas dudas y sensaciones molestas cogen fuerza, se hacen grandes. Te voy a contar un secreto que ojalá te sirva tanto como me sirvió a mí.

No eres tus dudas. Tampoco tu emoción. Las dudas no se van a ir (si quieres más información al respecto lee este post) . Los miedos quizá tampoco. Y es normal. Aparecen cuando cambias de rumbo. Cuando paras, al elegir la vida que quieres vivir. Ahí es donde aparecen. Es su misión. Pero no impiden tomar decisiones. Puedes tomar decisiones con dudas y miedos; con vértigo. De hecho, me atrevería a decir que pocas o ninguna decisión es tomada sin ninguno de estos amigos. 

Que no te paralicen tus miedos.

Están ahí obsérvales, son molestos sí, pero prometo que no te retendrán a nada, solo tendrás que lidiar con ellos, con la incomodidad.

Si, parece fácil aquí escrito, pero a veces se complica y aparece el bloqueo. Entonces siempre podemos pedir ayuda. Maravillosa ayuda, está ahí para ello, para cogerla cuando la necesitemos. Ayuda a un experto que te acompañe y te de herramientas para lidiar mejor con tus dudas, con tus miedos, para que no te bloqueen en la elección de tu camino; quizá un amigo, un compañero, alguien que sepas que puede ser un buen compañero en tu nueva andadura de elección, quien impulse, con quien no te sientas juzgado.

Con ayuda, sin ella, solo o acompañado hoy pasaba por aquí para a hacer más presente la sensación de paz que a veces se alcanza al elegir lo que uno quiere de verdad. La calma. Sensación de plenitud quizá.

Puedes elegir tu vida, y se nos había olvidado.

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