CUANDO EL CONTROL SE CONVIERTE EN PROBLEMA
Descubre cómo superar la sensación de falta de control en tu vida cotidiana y enfocarte
«Me siento con culpa siempre por todo. Por hacer, por no hacer, por decir, por no decir… no sé qué puedo hacer para reducir la culpa»
La culpa es una emoción desagradable a raíz de un acto que nosotros valoramos como negativo y que nos sentimos responsables.
En la culpa hay 2 partes: acto y valoración.
Un mismo acto puede tener distintas valoraciones.
La valoración de un acto es algo subjetivo que se ve afectado por nuestra personalidad, nuestras vivencias y creencias aprendidas a lo largo de la vida, la autoestima, la autoexigencia, etc…
Os pondré un ejemplo, hace unos días quede con un par de amigas, las dos llegaron tarde y una venia disculpándose desde 1 km diciéndome que se sentía fatal y que lo sentía muchísimo, la otra dijo un simple: “lo siento” casi obligado, pero siguió como si nada. María la primera es de familia militar, gente con normas y muy estructurados, para ella llegar tarde es no valorar el tiempo de los demás y una falta de respeto. Sin embargo, en la familia de Claudia, la otra amiga, si la comida es a las 2 el que llega más pronto es a las 2.30 y así van llegando según vean… desde pequeña ha vivido eso con normalidad y no se siente mal cuando lo hace.
Desde pequeños, vamos adquiriendo una serie de esquemas que luego se extrapolan a nuestra vida y hacen que vivamos de una manera u otra cada situación.
Sin embargo, llega un punto que tenemos que conocer a ese juez interior y saber ver que no todo lo que nos dice nuestra culpa es verdad absoluta y si aprendemos a discernir y no convertir en verdad todo lo que nos dice la culpa iremos dando pasos agigantados hacia el bienestar emocional y esa autoconfianza que será pieza fundamental en nuestra autoestima.
Personas con baja autoestima, personas inseguras, perfeccionistas, porque no toleran el error, el desorden o la equivocación. Normalmente al no tener el control sobre todo se sienten culpables por no haber sabido anticipar la situación, y no suelen manejar bien la incertidumbre.
La culpa tiene una función adaptativa, es decir, la culpa nos enseña a aprender de nuestros errores y poder crecer como personas. Nos da la posibilidad de REPARAR un daño.
La culpa nos lleva a la reflexión. Nos invita a ver porqué ese acto nos está haciendo sentir mal y nos permite reparar el daño causado. Es una reflexión entre lo que quiero hacer y me acerca a donde quiero estar y lo que hago realmente.
Nos sirve de freno y aprendizaje, saber lo que queremos y no queremos hacer. Nos ayuda a pensar las cosas dos veces antes de hacerlo, es decir, anticipar consecuencias.
Cuando nos LIMITA y nos PARALIZA. Dejamos de ser libres en el momento que la culpa se pone al volante de nuestras vidas.
Os presento a G y C. Ejemplos de cómo la culpa controla su vida.
G 25 años, lleva 3 años en una relación con M y hace 1 año se da cuenta de que no está contento, que no es lo que quiere. Tienen formas de ver la vida muy distintas y planes de futuro diferentes.
G viene a consulta con un sentimiento de culpa enorme por pensar en dejar a M, por pensar en todo el daño que le va a hacer. La culpa está dirigiendo su vida por donde quiere y él no se ve capaz de tomar la decisión. No sabe cómo reducir la culpa.
C 35 años, está soltera y vive desde siempre con sus padres. Por fin ha dado el paso de independizarse, sin embargo, hay un gran sentimiento de culpa que le dice: “cómo has sido capaz de dejar a tus padres solos” “eres una egoísta” “solo piensas en ti”, y un largo etcétera de autocríticas que le invalidan a la hora de disfrutar de algo que realmente le hace feliz.
En definitiva: aceptar, responsabilizarnos, perdonarnos y aprender de la culpa.
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