La ansiedad es una respuesta fisiológica que aparece como una señal de peligro ante un hecho que amenaza a la persona o que éste lo interpreta como amenazante. Por eso, la ansiedad es un mecanismo adaptativo que nos permite ponernos en alerta ante sucesos “comprometidos”. De hecho, una ansiedad moderada puede ayudarnos a mantenernos activos y afrontar retos.
A diferencia del miedo, la ansiedad tiene un origen difuso y menos comprensible, ya que no siempre parece tener causa aparente. Y en ocasiones, puede llegar a un nivel desbordante y no ser funcional.
La mayoría de las personas no entienden por qué su cuerpo está dando esa respuesta a “situaciones normales, que antes no me generaban nada», y sin embargo, ahora se sienten paralizadas e indefensas.
La ansiedad es funcional cuando nos avisa para que solucionemos o modifiquemos estresores que están siendo un problema. Y no es funcional cuando se trata de estresores que no están bajo nuestro control, no la aceptamos y llevamos a cabo conductas con el objetivo de alivio a corto plazo, pero que nos generan más ansiedad a largo plazo.
Sus síntomas característicos son la angustia constante, sensación de ahogo, nerviosismo, palpitaciones, temblor, sudoración, miedo a la pérdida de control…
¿Por qué ansiedad ante esta situación del Coronavirus?
Esta situación… puede ser un desencadenante de la ansiedad, o un gran facilitador de incremento para las personas que ya la padecían. En el fondo, nos encontramos ante un peligro real, lo que favorece que entremos en un círculo peligroso de ansiedad. Estamos rodeados de estimulación sobre el tema y caos externo, y podemos sentirnos desbordados, con miedo, inseguros, confusos…
Ante esto, es habitual realizar conductas con el objetivo de evitar o controlar estas emociones que generan muchas sensaciones desagradables en todos nosotros. Sin embargo, estas conductas son las que van a mantener e incrementar este sufrimiento: sobreinformarnos, chequear síntomas… A corto plazo reducen el malestar, pero a largo plazo intensifican nuestro malestar, además de tener afectación en nuestro estado anímico.
¿Qué podemos hacer ante el malestar y la angustia provocado por esta situación?
¿Cómo podemos manejar y calmar la ansiedad continua, o bien un ataque de ansiedad concreto debido a la situación del Coronavirus? Siguiendo algunos consejos y teniendo presentes los siguientes puntos:
- Atención centrada en el momento presente: pasar el menor tiempo centrados en los problemas pasados y futuros; esa desconexión del presente dificulta la capacidad de responder y adaptarnos al “aquí y ahora”.
- Aceptación: no luchar contra lo que no es controlable y evitar conductas de alivio a corto plazo.
- Acciones que te vayan a gratificar: no permitas que la ansiedad y la situación te impidan buscar y realizar la una mini gratificación al día.
- Reducir conductas que la refuerzan:
- No comprobar síntomas e información.
- Limitar tiempo que hablamos sobre el tema.
- No sobreinformación, eso NO nos hace estar mejor preparados.
Si hablamos de ansiedad en niños ante esta situación, desde el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid publicaron en un comunicado oficial cómo afrontar esta situación y cómo explicárselo a los niños y niñas.
¿Cuál es el tratamiento para la ansiedad?
Como psicóloga especialista en ansiedad, la forma de superar la ansiedad y objetivo de la intervención es aprender a manejarla para que ésta deje de interferir en las áreas vitales, ya que normalmente cuando se acude a consulta psicológica es mucha la afectación y grado de incapacitación.
Cuando ésta se convierte en algo desadaptativo y es quien dirige y tiene el control de tu vida, es el momento de pedir ayuda.