LA CRISIS DEL PRIMER CUARTO DE VIDA

El primer cuarto de vida es una etapa de cambios, dudas y muchas emociones. ¿Te ha pasado que no tenías claro si te gustaba tu trabajo o te sentías muy inseguro? ¿te has cuestionado si sigues teniendo cosas en común con tus amigos de siempre o si tu pareja te sigue haciendo feliz? ¿te has visto presionado por tener aquello que a tu edad deberías de tener? ¿has dudado acerca de si estabas tomando el camino correcto?…

A todo esto, lo han denominado la crisis del primer cuarto de vida. Si te has sentido identificado o crees que podría ayudarle a alguien, te explicamos como transitar este momento vital.

¿Cómo es la crisis del primer cuarto de vida?

Se trata de una época en la que existe mucha reflexión sobre la dirección que va a tomar nuestra vida. En estos años, las posibilidades son tan grandes que pueden abrumarnos. Tratar de encontrar la opción correcta nos puede bloquear, lo que se conoce como parálisis de elección. A su vez, la sociedad impone cómo debo de estar en este momento y puedo llegar a desconectar de mis propios ritmos y deseos.

En este momento de reflexión, podemos pasar a evaluar las personas que nos acompañan. Por un lado, nos podemos cuestionar si nuestros amigos de toda la vida siguen compartiendo cosas con nosotros y si queremos seguir invirtiendo en esas relaciones.

Por otro lado, podemos analizar si la relación de pareja es enriquecedora o, si no se tiene, puede surgir el deseo de tener una relación consolidada en lugar de encuentros esporádicos. Respecto a lo profesional, el entorno es menos controlado que los estudios, no sé qué se espera de mí y se requiere el manejo de nuevas habilidades que aún estamos construyendo. En este momento de inicio en el mundo laboral, pueden existir muchas dudas sobre si me gusta mi profesión y sobre mi propia competencia. Todos estos cambios tienen impacto a nivel emocional. Pueden acompañarnos emociones desagradables como la frustración ante las expectativas que tenía sobre este momento vital, la desesperación por no encontrar nuestro lugar, la nostalgia al pensar que cualquier momento anterior fue mejor, la ansiedad por tratar de llegar a todo, entre otras.

Esta etapa vital coincide actualmente con la presencia de las redes sociales. Estas suponen tener más estímulos para poderme comparar con los ritmos de los demás y con lo que ellos van consiguiendo. Mi autoestima puede verse afectada al sentir que nunca estoy haciendo lo suficiente.

Y ahora… ¿cómo puedo transitar la crisis del primer cuarto de vida lo mejor posible?

  • Acepta las emociones que estas sintiendo como parte de un proceso de ajuste a una nueva etapa. Como son molestas, tendemos a huir de ellas y a bloquearlas. ¿Realmente eso es eficaz? En su lugar, te animamos a relacionarte con esas emociones desagradables desde la curiosidad tratando de entender que mensaje traen. Pese a que puedan acompañarnos un tiempo, si hacemos una buena gestión, podrán ir disminuyendo de intensidad. Obsérvalas como si fueran una ola: suben, alcanzan su punto más alto y luego bajan.
  • Contempla esta “crisis” como una oportunidad para reflexionar sobre qué es importante para ti y en qué dirección quieres seguir construyendo. Puedes plantearte: ¿qué quiero aportar yo como trabajador/amigo/pareja/familiar? Posteriormente, lo podrás ir traduciendo en acciones.
  • Toma las decisiones sin prisa y siendo compasivo contigo mismo. Cuando tengo que decidir sobre algo, la mente puede sobrecargarse rápidamente buscando información. Debo de saber que la solución perfecta libre de ansiedad no existe. La mente tratará de protegerte y te enumerará todos los motivos por los que no tomarla. Por eso, date tiempo para reflexionar, fíjate un momento al día para hacerlo, así evitarás que la mente esté constantemente dándole vueltas. Haz sitio a la ansiedad puesto que, en el proceso de toma de decisiones va a estar presente. Sé compasivo contigo mismo mientras decides qué hacer.
  • Encuentra un momento a la semana para el autocuidado. Esto son actividades que te serenen, te enriquezcan y te apoyen en un momento complicado. Puede ser pasar tiempo con personas que quieres, darte algún capricho, cocinar una nueva receta…
  • Filtra el contenido que sigues en las redes sociales. Quédate con aquellos perfiles que muestren un contenido enriquecedor y que te animen a continuar con lo importante para ti.
  • Limita la comparación con los demás entendiendo que cada uno tiene sus tiempos. Céntrate en aquello que puedes hacer hoy para llegar a donde quieras ir el día de mañana. Divide las grandes metas en pequeños objetivos que permitan sentirte orgulloso por seguir un camino hecho a tu medida.  

Si notas que este tema te causa malestar, te invitamos a venir a hablar con nosotras. Vamos a estar encantadas de acompañarte en el proceso.

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