«CUANDO ADELGACE, SERÉ FELIZ»

Una de las creencias más extendidas respecto al cuerpo es pensar que en la delgadez está la felicidad y la solución a todos nuestros problemas. Constantemente escuchamos comentarios respecto a esto:

“cuando pierda peso me sentiré segura. Seré más feliz, podré ponerme esta ropa. Buscaré pareja, me querré a mí misma, confiaré en mí, los demás me querrán más…”

En definitiva, ponemos el foco en que cuando perdamos peso nos sentiremos bien. Cuando la realidad es que perder peso no nos garantiza ni la felicidad ni dejar de odiar nuestro cuerpo. Puede que perder peso te haga sentir alguna de esas cosas, pero lo que también puede pasar es que aparezca el MIEDO. “miedo obsesionarnos, miedo a ser rechazada, miedo a engordar…” convirtiéndonos en esclavas de nuestro aspecto físico.

¿Qué tenemos que tener en cuenta a la hora de perder peso?

Es muy importante, tener en cuenta el punto desde el que partimos. El saber por qué y para qué queremos perder peso. Es decir, yo quiero perder peso para estar más delgada porque pienso que así querré mi cuerpo, seré más feliz y los demás me aceptaran. Entonces lo hago desde el odio y rechazo a mi cuerpo. Y probablemente cuando lo consiga, automáticamente se instale en nosotras un miedo enorme a volver recuperar ese peso. Dejar de ser válida y perder esa “felicidad”.

¿Por qué pierdo la felicidad?

Porque estamos asociando nuestro cuerpo a algo super aversivo: La causa de todos nuestros problemas. Asumimos que SOLO la pérdida de peso será la condición para poder sentirnos bien, hacer cosas que me gusten y querernos.
Y lo que sucede es que si empiezo a perder peso desde el rechazo, empiezo a obtener beneficios. Comentarios positivos de la gente, me siento algo mejor. Tendré cierta sensación de control o quizá me atreva a hacer más cosas y me sienta más segura. Y eso hace que cada vez se vaya instalando de manera solidad la creencia de que en la DELGADEZ está el ÉXITO.

Pero NO nos damos cuenta de que:

  • Esa seguridad que sentimos se debe a exponernos . Hacer cosas que para nosotras son importantes. Ir a más planes, ponerme ropa que me gusta, conocer a gente nueva… y NO solo a la pérdida de peso
  • Sentirnos mejor se debe a que aumentamos nuestra actividad (buscamos un deporte que nos gusta..) y NO a la pérdida de peso
  • Cuanto más asociamos la pérdida de peso al “éxito”, más aumentará el miedo a engordar y, por tanto: cada vez más miedo, más necesidad de controlar la comida, menos flexibilidad…

Asique, SPOILER. Perder peso desde el rechazo y el odio al cuerpo, hará que sientas que esa pérdida de peso nunca es suficiente. Lo que nos hará sentir cada vez más y más insatisfacción corporal.

Elegir un buen punto de partida: ACEPTACIÓN

Cuando buscamos modificar nuestro cuerpo para vernos mejor y partimos desde la premisa de “mi cuerpo es válido sea como sea y pese lo que pese”. Abramos la mirada, nuestro cuerpo es mucho más que una fachada, nos permite ir a conocer sitios increíbles, bailar, entrenar, abrazar… ¡puede tener un montón de funciones que no tienen nada que ver con lo estético!
Por eso, es importante trabajar en aceptar que independientemente del número que ponga en la báscula, la talla que lleve o si mi cuerpo se asemeja a un cuerpo “normativo” mi cuerpo es válido y tengo que abrazarlo y cuidarlo. Claro que puedo cuidar mi alimentación, adquirir nuevos hábitos y hacer ejercicio, pero asumiendo que todo lo hago desde el amor y el respeto a mi cuerpo. No se trata de cuidar o modificar tu cuerpo para quererlo si no, justo al revés. Quererse es la causa y cuidarse la consecuencia, acepto, quiero y abrazo mi cuerpo, y por eso lo cuido.
Por eso te invito a trabajar ese cambio de foco: CUIDO MI CUERPO MÁS ALLÁ DE LO ESTETICO, DESDE EL AMOR, EL CARIÑO Y EL RESPETO y no desde el odio y el rechazo.

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