CONTACTO CERO ANTE UNA RUPTURA DE PAREJA

El contacto cero en una ruptura de pareja puede ser muy útil para reponerse. En función de cómo se termine una relación, sentimos una necesidad u otra con respecto a mantener o no el contacto con esa persona. No es mejor una que otra, depende de si ese contacto está siendo beneficioso para nosotros o nos está generando un malestar que impide cerrar de manera interna esa relación.

Muchas veces he escuchado comentarios como «qué resentido, me ha eliminado de todas sus redes sociales», «va a pensar que estoy loca si le elimino, que me importa mucho más» o incluso «qué infantil e inmaduro eso de tener que borrarnos de todo con esta edad». Pero tenemos que entender, que en muchas ocasiones es necesario y sano.

¿Cuándo sería indicado el contacto cero en una ruptura de pareja?:

  1. Cuando necesitamos alejarnos de una relación/persona tóxica.
  2. Ante una situación de dependencia emocional con nuestra ex pareja.
  3. Si ha costado mucho dejar una relación, la cual tenemos muy clara que teníamos que terminar.
  4. Cuando la conexión con nuestra ex pareja (seguir en comunicación, verle en RRSS, compartir círculos sociales…) nos impide avanzar y construir una vida sin ella (aunque la relación haya sido buena y no haya terminado «mal»).
  5. Si el dolor que está generando la ruptura impide el avance emocional.

Entonces, contacto cero es cortar cualquier manera de comunicación con la persona que hemos terminado una relación.

¿Cómo me voy a sentir al llevar a cabo el contacto cero?:

Antes de ver la manera de llevar a cabo el contacto cero, tenemos que aceptar e interiorizar algo muy importante: no es fácil y nos va a costar. No hay una técnica  que suponga ponerla en marcha y ya, sin ningún tipo de consecuencia emocional.

En ocasiones os asemejamos este malestar con la fase de abstinencia cuando estamos dejando el tabaco, por ejemplo. Actuamos poniendo el remedio: no fumar. Pero aún así, las ganas van a aparecer en distintos momentos ¿verdad? Pues lo mismo ocurre en esta situación.

Estamos acostumbrados a esa persona: sus horarios, rutinas, su compañía, sus planes, saber de ella a lo largo del día… Y de pronto, un día esto termina.¡Es muy duro! Son muchas cosas las que cambian. Tenemos que adaptarnos a construir nuevas rutinas. Y si durante esta etapa de duelo y cambio mantenemos un vínculo y conexión con esa persona… Aún más difícil, ¿verdad?. Igual que en ejemplo del tabaco, nacerá esa necesidad de saber sobre nuestra ex pareja, hablarle, ver qué hace, cómo está…Y esto nos generará gran variedad de emociones: frustración, tristeza, rabia, enfado, soledad… Es desagradable, lo sé. Pero es ese peaje que tenemos que pagar para encontrarnos bien a largo plazo y conseguir cerrar la relación. De la otra manera, alargamos un continuo malestar. Entendamos entonces que este «handicap» emocional es parte del proceso, son sentimientos funcionales y adaptativos.

Acciones para llevar a cabo el contacto tras una ruptura de pareja:

  1. Eliminar su número de teléfono
  2. Borrarlo de todas las redes sociales
  3. Pedirle a nuestros amigos que no nos cuenten nada sobre esa persona, aunque les preguntemos. (Aquí también entra el «¿me dejas meterme desde tu cuenta de instagram…?»
  4. No ir a sitios donde sabes que te lo vas a encontrar
  5. Volver a construir tu vida sin esa persona
  6. Conocer a gente nueva, abrir los círculos sociales

A lo largo de todo este trabajo y proceso, vendrán a nuestra cabeza recuerdos. Y muchas veces sobre momentos buenos, bonitos, que echamos de menos…  Viene el recuerdo de lo que perdimos y tendemos a idealizarlo, entrando a veces en una confusión que nos puede llevar a retomar dinámicas que sabemos que a la larga, volverán a caer. Por este motivo, es importante que tengamos en cuenta que en una relación siempre hay cosas buenas y malas. Es muy útil tener claro el motivo por el que terminamos esa historia: y es que las cosas malas sobrepasaban a las buenas.

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