«DE BUENO SOY TONTO. NO SÉ DECIR QUE NO».

«De bueno soy tonto”, sin
embargo no sé decir que no a los demás.

PONER LIMITES, INCREMENTA TU AUTOESTIMA

Por mucho que esta frase lleve una connotación negativa («de bueno soy tonto), no nos hace dejar de actuar así. Sabemos que en muchas ocasiones actuamos pensando siempre en los demás y eso está muy bien, pero se nos olvida también actuar en base a nosotros mismos.

Tendemos a pensar que poner límites a los demás, nos convierte en malas
personas por el hecho de no contar con ellos, no obstante, el contar conmigo, no implica dejar de lado a los demás. Se puede contar con ambos siendo asertivo, no una mala persona; poner límites a los demás es muy necesario para sentirme una persona plena ya que refuerza mi autoestima y hace valorarme más a mi mismo (requisito imprescindible para sentirme bien y seguro).

Muchas veces pensamos que priorizar por los otros de alguna manera también me llena a mi y por eso no sé decir que no, sin embrago, ¿Por qué a pesar de cubrir las necesidades de los demás me siento yo tan vacío?, ¿Acaso es bueno
que llene las necesidades de los otros para llenar las mías?

Lo cierto es que no. Tenemos la creencia errónea que para sentirnos llenos tenemos que pensar primero en otras personas, pero aun así luego me siento vacío. Tal vez creemos que al dar tanto, ellos puedan compartir algo conmigo. No obstante yo no puedo decidir o controlar lo que hace el resto, pero si lo que decido hacer yo. Por eso es tan importante que cubra y de importancia a mis necesidades y de forma paralela a las del resto.

Pongamos un ejemplo:

Imagínate dos huchas, una es la hucha de los demás y otra es la mía propia. Como pienso que debo llenar la hucha de los demás para sentirme bien, empiezo a meter monedas en ella (estoy cansado y quedo contigo por lo que puedas pensar, sigo saliendo contigo por miedo a sentirme solo, tengo que estudiar pero te llevo al aeropuerto para no sentirme mal…).

Sin embargo mi hucha queda vacía, pensando que tal vez los demás puedan compartir sus monedas conmigo, pero no tiene porqué ser así ni puedo hacer nada al respecto (no está bajo mi control porque los demás no soy yo).

Tenemos que empezar a llenar de monedas también nuestra hucha si queremos sentirnos llenos porque eso sí puedo escogerlo yo. Por tanto, yo soy el responsable de llenar mi hucha y cuidarme. Estamos acostumbrados a pensar que todo aquello que damos a los demás, nos va a ser devuelto de alguna forma; cuando en la mayoría de las veces tenemos que ser conscientes y memorizar el hecho de: “no esperes de los demás lo mismo que tú das por ellos”.

¿POR QUÉ ME CUESTA TANTO ENTONCES LLENAR MI HUCHA SI SÉ QUE SÓLO LO PUEDO HACER YO?

Pensamos que el hecho de cuidarnos y priorizar por nosotros nos convierte en malas personas (personas agresivas) porque solo velo por mis derechos e intereses. Por ello nos posicionamos justamente en el polo opuesto y nos desvivimos por los demás olvidando lo que yo siento o necesito (persona pasiva). Tal vez en el medio esté la virtud, o mejor dicho la asertividad. Quizás no tengamos que oscilar de un polo a otro y podamos situarnos en medio para así, contemplar ambas necesidades.

CUBRO
NECESIDADES:   PASIVIDAD   ASERTIVIDAD   AGRESIVIDAD

DE LOS DEMÁS        ✔                         ✔                                ✖
MIAS                          ✖                          ✔                                ✔

La asertividad se define como la capacidad de defender mis derechos (opiniones, actitudes, deseos y sentimientos) sin dejar de tener en cuenta los de los demás. Es decir, aprender a comunicar o tener en cuenta mis necesidades y derechos sin faltar al respeto a los demás.

No sé decir que no ¿QUÉ PUEDO HACER PARA SER MÁS ASERTIVO?

Identifica cómo te sientes y qué necesitas: toma consciencia de tus estados internos (“¿qué me hace sufrir continuamente?, ¿qué me gustaría decir y no me atrevo?”)
Tenerte más en cuenta: puede que no me sienta valioso pero la única forma de cambiarlo es haciendo acciones que me involucren y prioricen.
Comunica tu necesidad desde lo que sientes y necesitas, no desde el
reproche. Por ejemplo: entiendo que estés muy cansado después de este día
tan ajetreado de trabajo, pero siento que a veces no me tienes tan en cuenta, necesito que tengas más muestras de cariño conmigo… (✔). Solo piensas en ti, ya ni siquiera me das un beso… (✖).
No pidas perdón cuando expreses una necesidad.
No justifiques tu opinión o decisiones.
Pregunta lo que necesites y no te conformes con lo que te piden si no estás de acuerdo.
– Y sobre todo: cuando tengas que decir, expresar o hacer algo… HAZLO. No
esperes a sentirte seguro para hacer algo que necesites porque entonces
nunca lo harás. Hazlo y con el tiempo tu seguridad aumentará porque te
demostrarás a ti mismo que mereces y puedes hacerlo.

Poner límites a los demás significa tenerme en cuenta y hacer actos de amor para mí.

Para llevarlo a cabo, te proponemos estos puntos, pero por supuesto en Psicontigo estamos a tu disposición para ayudarte a incorporarlos en tu día a día y acompañarte en este proceso de aceptación y cuidado hacia uno mismo.

Compartir:

Entradas recientes